En términos ontológicos, el aprendizaje de una segunda lengua como el inglés no solo implica adquirir nuevas palabras o estructuras gramatic...

En términos ontológicos, ¿como puede el aprendizaje de una segunda lengua transformar la identidad del aprendiz?


En términos ontológicos, el aprendizaje de una segunda lengua como el inglés no solo implica adquirir nuevas palabras o estructuras gramaticales, sino que transforma profundamente el ser del aprendiz. Aprender otra lengua implica una reconfiguración de la identidad, ya que el lenguaje no solo comunica, sino que construye realidades, relaciones y formas de estar en el mundo.

En el caso de estudiantes de secundaria en México, este proceso puede ser aún más potente. Muchos de ellos, al entrar en contacto con el inglés, se enfrentan a nuevas formas de pensar, actuar y ver el mundo que no siempre están presentes en su entorno inmediato. Por ejemplo, se exponen a otros modelos culturales, formas de cortesía, humor o incluso expresiones de género y poder. Así, aprenden no solo a decir cosas en inglés, sino a verse a sí mismos desde otro lugar, como posibles ciudadanos globales, estudiantes internacionales o simplemente personas con nuevas posibilidades de futuro.

Esta transformación puede generar tensiones identitarias, sobre todo si el entorno escolar o familiar ve el inglés como algo “ajeno” o elitista. Pero también puede ser una vía de empoderamiento, donde los adolescentes descubren nuevas voces, desarrollan autoconfianza y se abren a realidades distintas a las que les han sido impuestas.

Como dice Norton (2013), la identidad del aprendiz de lenguas está en constante negociación, y aprender una segunda lengua es una forma de reclamar nuevos espacios de participación social y simbólica.


Referencia:

Norton, B. (2013). Identity and language learning: Extending the conversation (2nd ed.). Multilingual Matters.


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