A lo largo de este curso de Ontología del Lenguaje, hemos comprendido que enseñar inglés no se limita únicamente a transmitir estructuras lingüísticas, sino que implica abrir espacios de construcción identitaria, diálogo intercultural y reflexión crítica. Esta actividad final representa una oportunidad para mirar hacia adentro, reconocer nuestras trayectorias como aprendientes y visualizar nuestro papel como futuros docentes de inglés. A través de esta reflexión colaborativa, abordaremos nuestras percepciones sobre el uso del idioma, los retos que enfrentamos, y cómo podemos transformar nuestra práctica pedagógica desde un enfoque más inclusivo, humanista y en sintonía con los principios de la Nueva Escuela Mexicana.
Reflexiones individuales:
Considero que tengo un nivel intermedio de inglés. Me siento cómoda leyendo y comprendiendo conversaciones, aunque todavía me cuesta expresarme con fluidez, especialmente en contextos formales. Sé que debo seguir practicando, sobre todo la parte oral, pero también reconozco el avance que he logrado hasta ahora.
Uno de mis mayores temores al usar el inglés en contextos pedagógicos es no ser clara o cometer errores al hablar frente a los alumnos. A veces dudo de mi pronunciación o siento inseguridad al compararme con compañeros que dominan mejor el idioma.
Aun así, mi identidad como futura docente se refleja en mi deseo de comunicarme con empatía. Más allá de enseñar reglas, busco crear un ambiente de confianza, donde los errores sean parte natural del aprendizaje.
En mi práctica futura, me gustaría integrar los principios de la NEM utilizando materiales que reflejen la diversidad cultural y fomenten el pensamiento crítico. Quiero que mis clases sean espacios inclusivos, donde todos puedan expresarse y sentirse parte del proceso educativo.
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| Cristian Omar Lucio Pineda |
Percibo que mi nivel de inglés es intermedio-avanzado. Aunque aún tengo aspectos por mejorar, como el manejo del vocabulario académico y la fluidez en situaciones espontáneas, me siento capaz de comunicarme con efectividad y de acompañar a mis estudiantes en su proceso de aprendizaje.
Uno de mis principales miedos al usar el inglés en contextos pedagógicos es cometer errores frente al grupo, lo cual podría afectar mi credibilidad como docente. También me preocupa no tener siempre la respuesta adecuada en el momento, pero entiendo que esos desafíos pueden convertirse en oportunidades para aprender junto con mis alumnos.
Mi identidad como futura docente se refleja en mi intención de usar el inglés más allá de lo técnico. Busco que el idioma sea una herramienta para promover el pensamiento crítico, la inclusión y el respeto hacia otras culturas. No se trata solo de enseñar estructuras gramaticales, sino de formar seres humanos conscientes y empáticos.
En mi práctica futura, quiero integrar los principios de la Nueva Escuela Mexicana mediante actividades que representen la diversidad del grupo y su contexto. A través de temas significativos, planeo fomentar el diálogo intercultural, el respeto a las diferencias y la reflexión crítica, con un enfoque humanista que ponga al estudiante en el centro del aprendizaje.
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| María Guadalupe Trejo Pérez |
Considero que mi nivel de inglés es regular: no tan alto, pero tampoco bajo. Me siento capaz de comprender y comunicar ideas básicas e incluso algunas complejas, aunque reconozco que aún necesito mejorar en fluidez y en el uso de estructuras más avanzadas. A veces me falta confianza al hablar, pero estoy comprometido con seguir aprendiendo y creciendo.
Uno de mis principales temores al usar el inglés en contextos pedagógicos es cometer errores frente al grupo, lo cual podría afectar mi seguridad y cómo los estudiantes perciben mis habilidades. También me ha pasado que no sé cómo se dice algo que me preguntan, y eso me genera incomodidad. Aun así, trato de transformar esos momentos en oportunidades para aprender junto con ellos y reforzar que equivocarse también es parte del proceso educativo.
Como futuro docente, veo el inglés no solo como una asignatura, sino como un medio para formar personas críticas, empáticas y abiertas al mundo. Mi identidad se refleja en la intención de crear un ambiente donde el error sea parte natural del aprendizaje, la diversidad sea valorada y el idioma se conecte con temas significativos para la vida de mis alumnos.
En mi práctica futura, quiero integrar los principios de la Nueva Escuela Mexicana mediante clases que reflejen la diversidad cultural y social del aula. Usaré textos y actividades que fomenten la inclusión, el diálogo y el pensamiento crítico, siempre buscando que mis estudiantes se sientan escuchados y motivados a aprender inglés como una herramienta para entender y transformar su entorno.
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| J. Emiliano Dávila Cervantes |
Considero que tengo un nivel B1 de inglés. Puedo comunicarme en situaciones comunes y entender lo esencial, aunque todavía me cuesta cuando se trata de hablar con fluidez o usar estructuras más complejas. Aun así, estoy motivado y comprometido con seguir mejorando.
Uno de mis mayores miedos en contextos pedagógicos es dar información incorrecta a mis alumnos. Me preocupa que un error de mi parte pueda confundirlos o afectar su aprendizaje, así que trato de prepararme bien y aprender junto con ellos cuando es necesario.
Como futuro docente, siempre intento crear una conexión emocional con mis alumnos. Para mí es importante que se sientan escuchados y cómodos, sin miedo a equivocarse. No creo en imponer autoridad con miedo, sino en enseñar desde la empatía y el respeto.
En mi práctica futura, quiero aplicar los principios de la NEM a través de actividades que valoren la diversidad, promuevan la inclusión y despierten el pensamiento crítico. Mi objetivo es que el inglés se convierta en una herramienta para que los alumnos entiendan su entorno y se expresen con libertad.
Reflexión final del equipo:
Durante nuestra formación como futuros docentes de inglés en la Escuela Normal Superior de México, hemos descubierto mucho sobre nosotros mismos como aprendices y productores lingüísticos. Hemos comprendido que aprender una lengua es un proceso no lineal, en el que el error no es un obstáculo, sino una herramienta valiosa para avanzar. Gracias a la práctica constante y a la exposición al idioma en contextos reales, hemos ganado seguridad al expresarnos y mejorado en la construcción de mensajes más claros y coherentes.
Uno de los mayores retos ha sido adaptar nuestras habilidades comunicativas al contexto del aula. Saber inglés no basta: necesitamos hacerlo comprensible para estudiantes con distintos niveles y realidades, y lograr que se mantengan motivados. Esto nos ha llevado a reconocer la importancia de desarrollar no solo fluidez, pronunciación o vocabulario académico, sino también habilidades sociales como la empatía, la escucha y la mediación.
Nuestra percepción sobre la enseñanza también ha cambiado. Ahora entendemos que ser docente implica un compromiso ético y social. Queremos construir una práctica pedagógica inclusiva y humanista, donde cada estudiante se sienta escuchado, valorado y parte activa del aprendizaje. Esto significa adaptar nuestras estrategias, fomentar el pensamiento crítico y promover un ambiente de respeto, confianza y diversidad.





























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